lunes, 26 de enero de 2009

El secreto


Soy primeriza en esto de escribir en un blog, pero mi hija me ha convencido para que lo haga. Cuando tenía su edad me gustaba mucho escribir y si entonces hubiera tenido internet seguro que hubiera tenido un blog. Mi hija me ha dicho ¿por qué no escribes ahora? Así que aquí estoy delante del ordenador sin saber muy bien por donde empezar.

Podría contaros mi vida o podría dar mi opinión sobre diferentes aspectos de la vida. Pero lo primero quizás sería demasiado aburrido y lo segundo sería opinar por opinar.

He pensado que podría dar mi opinión sobre los últimos libros que he leído. Estas Navidades me han regalado dos: "El secreto" y "La ladrona de libros".

Tengo que decir que "El secreto" no es ningún secreto. Todos sabemos que si ponemos todo nuestro empeño en conseguir algo tanto en nuestros pensamientos como en nuestros actos es más probable que consigamos lo que queremos. Es difícil conseguir algo tumbados en la cama y quejándonos por nuestra mala suerte. Ser positivo aumenta nuestra autoestima y de rebote proyectamos una imagen más sólida y triunfadora ante los demás. Podríamos hablar ahora del funcionamiento de los neurotransmisores y la serotonina y como influye ese funcionamieno en nuestro estado de ánimo, pero eso sería ponerme muy científica.

¿Pero hasta que punto está bien animarnos a creer que podemos conseguir todo lo que queremos? ¿No se corre el riesgo de generar frustraciones y sentimientos de culpabilidad si como sugiere el libro todo lo que nos pasa lo hemos generado nosotros? La verdad es que a mí nunca me han gustado los libros de autoayuda, me parecen un poco engañosos, filosofía barata.
Por otro lado en "El secreto" se habla de energía del universo, de fe... da un poco de yuyu.
Además algunos ejemplos de como ayuda conocer el secreto me parecen poco afortunados. En uno de sus capítulos explica que un niño estaba en un parque de Disney después de haber leído el libro y como el primer día había mucha gente y no se pudo subir a todas las atracciones el segundo día deseó subirse a todas. Al día siguiente por la mañana cuando estaba en la cola apareció un empleado que le dio una entrada para todas las atracciones sin tener que hacer cola. Mi pregunta es ¿era el único niño que deseaba eso? Un poco tonto el ejemplo. ¿Si varias personas desean lo mismo con todas sus fuerzas que pasa? ¿Habrá una lucha de campos de energía?

Me ha sorprendido este domingo un artículo en la revista ES de La Vanguardia titulado "Hasta donde llega nuestro poder" porque aunque no menciona este libro en concreto si que habla de los libros de autoayuda que creen en el control interno. Comenta que "en nuestra cultura se nos enseña desde niños a responsabilizarnos de todo lo que nos rodea y a creer que nuestras acciones pueden cambiar el mundo.. pero creer que tenemos poder absoluto sólo nos lleva a la excesiva culpabilización y a una sensación de frustración que nos resta fuerzas para enfrentarnos a otros asuntos vitales. Y termina "Las personas felices tienen la fuerza necesaria para cambiar aquello que está bajo su control, la paciencia imprescindible para sobrellevar lo que no pueden cambiar y la inteligencia suficiente para distinguir lo uno de lo otro."

Y acabo con una frase que escribí cuando tenía dieciocho años y que encabeza este blog: "Si crees que todo lo que se desea se consigue puedes consolarte pensando que lo que no has conseguido es porque realmente no lo deseabas." Que cada uno interprete esta frase como quiera. En el momento que la escribí estaba dedicada a otra persona, ahora me sugiere la fábula de la zorra y las uvas, no se si la conocéis (Después de varios intentos de intentar coger las uvas y no conseguirlo, la zorra dijo: están verdes y se fue tan contenta.)